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LAS MATEMATICAS
Y LA RELIGION
LAS MATEMATICAS Y RELIGION
Las matemáticas, según una concepción primitiva, son la ciencia del número y la cantidad; con una visión posterior, la ciencia de la regularidad y la estructura deductiva. Desde los griegos, las matemáticas son también la ciencia de lo infinito. Hermann Weyl especula que la presencia de lo infinito en matemáticas corre pareja a la intuición religiosa:
Lo mismo que las matemáticas, las religiones expresan relaciones entre el hombre y el Universo. Cada religión se propone dar un marco ideal para la vida humana y establece normas encaminadas a la consecución de ese ideal. Elabora una teología que declara cuál es la naturaleza de Dios y la relación entre Dios y el hombre. Las matemáticas tienen algo en común con la religión, en tanto persiguen el conocimiento ideal y estudian la relación entre este ideal y el mundo tal como lo encontramos. Si los objetos de las matemáticas son objetos conceptuales, cuya realidad reside en una conciencia común de las mentes humanas, estas nociones matemáticas compartidas pueden construir el dogma del credo matemático.
Quien lee tiene la impresión de que casi todos los matemáticos y científicos contemporáneos son agnósticos, o que si profesan un credo religioso, mantienen su ciencia y su religión compartimentadas en cajas separadas. La concepción que podríamos describir como “científica convencional” mantiene que las matemáticas son el ejemplo más sobresaliente de disciplina donde la razón es reina suprema, en la que para nada intervienen las emociones; disciplina en la que se sabe con certeza y sabemos que sabemos; donde las verdades de hoy son verdades para siempre. Por contraste, esta forma de pensar tiene a la religión por reino de la creencia ciega e insensible a la razón. Desde una perspectiva tal, todas las religiones son iguales, porque todas son igualmente incapaces de verificación o justificación.
Han sido, por ejemplo, consideraciones religiosas las que han servido de acicate a ciertas clases de creción y prácticas matemáticas. Eruditos como A. Seidenberg han buscado los orígenes del recuento y la geometría en antiguos ritos. ¿En qué medida estuvo influído y alentado el desarrollo del calendario por el deseo de regularizar acontecimientos rituales periódicos?
Nicolás de Cusa (1450) creía que el verdadero amor a Dios era amor Dei intellectualis, y que el acto intelectual mediante el cual lo divino queda revelado es la matemática. (Lo divino es alcanzable por muchos caminos, por ejemplo, por la limpieza, o por la falta de ella, como en el caso de los anacoretas que se retiraban al desierto. Nicolás sostiene que lo divino ha de alcanzarse a través del intelecto).
Recíprocamente, las concepciones religiosas del mundo han presentado a las matemáticas como paradigma del pensamiento de la Deidad.Hrosvita de Gandersheim (980), monja y dramaturga, en su obra “Sapientia”, tras una larga y complicada discusión de ciertos hechos de teorías de números, pone en boca de Sapientia estas palabras: Esta discusión no habría rendido beneficio alguno si no nos llevase a apreciar la sabiduría del hacedor del mundo, quien en principio creó el mundo de la nada, estableciendo todo en número, medida y peso, y después en el tiempo y la edad del hombre, formuló una ciencia que revela las maravillas cuanto más la estudiamos. Son éstas, evidentemente, manifestaciones de la idea platónica de que la ley matemática y la armonía de la naturaleza son aspectos de la conjunción divina mente-alma. Tomando este sistema de referencia, el mito de Euclides se nos presenta como un elemento esencial y congruo.
Hay, no obstante, una notable concordancia de criterio entre los matemáticos. Mientras que los teólogos difieren notoriamente en sus hipótesis acerca de la divinidad y, más todavía, en las conclusiones que infieren de dichas hipótesis, las matemáticas parecen formar una unidad totalmente coherente, en la que existe completo acuerdo acerca de todas las cuestiones importantes y, de manera singular, en lo concerniente a la demostración, o sea, el procedimiento por el cual pueden quedar definitivamente establecidas y ser admitidas por todos proposiciones que tratan de una realidad jamás vista. Podemos observar que si una cuestión matemática tien una respuesta definida, diferentes matemáticos, valiéndose de métodos diversos, trabajando en siglos diferentes, descubrirán las mismas respuestas.